La inseguridad en las carreteras ecuatorianas representa un desafío significativo para las operaciones de última milla, impactando directamente en la eficiencia, los costos y la calidad de los servicios de entrega.
¿Cómo afecta la inseguridad en las operaciones de última milla?
Aumento de costos:
Seguros: Las empresas deben contratar seguros más costosos para cubrir riesgos como robos, daños a vehículos y lesiones a conductores.
Sistemas de seguridad: La inversión en sistemas de seguridad como GPS, alarmas, escoltas y convoy aumenta los costos operativos.
Pérdida de mercancía: Los robos de mercancías generan pérdidas económicas directas para las empresas.
Disminución de la eficiencia:
Rutas alternativas: Para evitar zonas peligrosas, los conductores deben tomar rutas alternativas, lo que incrementa los tiempos de entrega y los costos de combustible.
Retrasos en las entregas: Los robos o asaltos pueden ocasionar retrasos en las entregas, afectando la satisfacción del cliente y el manejo reputacional de las marcas.
Riesgo para los conductores:
Asaltos y robos: Los conductores están expuestos a un mayor riesgo de sufrir asaltos y robos, lo que genera un ambiente laboral inseguro y puede llevar a la rotación de personal.
Daño a la reputación:
Retrasos y pérdidas: Los retrasos en las entregas y la pérdida de mercancías pueden dañar la reputación de las empresas de courier, afectando la confianza de los clientes.
Consecuencias para los consumidores
Aumento de precios: Los mayores costos operativos se trasladan a los consumidores en forma de precios más altos por los servicios de entrega.
Disminución de la calidad del servicio: Los retrasos y la pérdida de mercancías pueden afectar la calidad del servicio y la satisfacción del cliente.
Menor variedad de opciones: Algunas empresas pueden reducir sus zonas de cobertura o dejar de ofrecer ciertos servicios debido a la inseguridad.
Soluciones y recomendaciones
Mayor presencia policial: Un incremento de la presencia policial en las zonas de mayor riesgo puede ayudar a reducir los índices de criminalidad.
Tecnología: La implementación de sistemas de seguimiento, rastreo en tiempo real, rutas óptimas y alarmas ayudan a prevenir robos y asaltos en carretera, y facilitar la recuperación de vehículos y mercancías.
Rutas seguras: La identificación y el uso de rutas seguras puede reducir el riesgo de incidentes a través de los mapas de calor levantados.
Colaboración público-privada: La colaboración entre el sector público y el privado es fundamental para desarrollar estrategias conjuntas para combatir la inseguridad, creando políticas públicas que garanticen la cadena logística.
La inseguridad en las carreteras es un problema complejo que requiere soluciones a largo plazo. Sin embargo, implementar las medidas mencionadas anteriormente puede ayudar a mitigar los impactos negativos en las operaciones de última milla y garantizar un servicio más eficiente y seguro para los consumidores.
Podemos aprender de los cambios que se han hecho en el mundo
Casos de éxito y lecciones aprendidas:
Colombia: Ciudades como Medellín han implementado sistemas de transporte masivo seguros y eficientes, lo que ha reducido la cantidad de vehículos particulares en las calles y ha mejorado la seguridad vial. Además, han fortalecido la presencia policial en zonas estratégicas y han promovido la participación ciudadana en la vigilancia comunitaria.
Brasil: Algunas ciudades brasileñas han implementado programas de capacitación para conductores de transporte público y de carga, enfocados en la seguridad vial y la prevención de robos. Asimismo, han utilizado tecnología como GPS y cámaras de seguridad para monitorear los vehículos y rutas.
México: En México, algunas empresas de transporte han desarrollado aplicaciones móviles que permiten a los usuarios rastrear sus envíos en tiempo real y reportar cualquier incidente. Además, han establecido alianzas con las autoridades para garantizar la seguridad de sus conductores y mercancías.
Lecciones clave que podemos aplicar en Ecuador:
Tecnología al servicio de la seguridad: La implementación de tecnologías como GPS, cámaras de seguridad y aplicaciones móviles puede mejorar la eficiencia y la seguridad de las operaciones de última milla.
Colaboración público-privada: La colaboración entre el sector público y el privado es clave para desarrollar estrategias efectivas y sostenibles en el tiempo.
Adaptación al contexto local: Es importante adaptar las soluciones a las características y necesidades específicas de cada ciudad o región.
Zonas de carga y descarga seguras: Establecer zonas de carga y descarga seguras y vigiladas, especialmente en áreas urbanas.
¿Qué propone ASEMEC?
Mesas de trabajo: Establecer mesas de diálogo entre el sector público (municipios, gobernaciones, policía) y el privado (empresas de transporte, cámaras de comercio) para identificar zonas de riesgo y desarrollar estrategias conjuntas.
Grupos de seguridad: Crear grupos en redes sociales donde los conductores puedan compartir información en tiempo real sobre incidentes, bloqueos de vías y otras situaciones que afecten su seguridad.
Apoyo en zonas rurales: Solicitar el apoyo de las Fuerzas Armadas para garantizar la seguridad en zonas rurales y carreteras secundarias.